El que busca, encuentra (o no, según el caso)

Fui a comprar tres libros y no están por ninguna parte.

Hay dos que estoy interesada en leerlos porque me los recomendó un profesor (Historia de la Revolución Francesa y Filosofía como arma de revolución). De todos modos no eran libros que tenía planeado leer ya, pero me interesaba conseguirlos, de ese modo el día que desee comenzarlos ya los tendría a mano.

El otro es Opio, Diario de una desintoxicación, de Jean Cocteau. Éste es el que más me interesaba leer. En verdad, jamás leí a Cocteau, pero mi curiosidad deviene de que ese libro es el que 'marcó' a Cortázar y lo hizo empezar a escribir de otra manera.

Caminé por Corrientes durante horas, recorrí todos los stands de Parque Rivadavia y Centenario, fui a bibliotecas grandes e incluso me fijé en los puestos que están en una plaza cerca del Correo. Resultado? Nada. Sólo sé que el libro de Cocteau lo editaba Lenguas Vivas.

Sí, bastante frustrante.

Además, prácticamente en todos los lugares donde fui a preguntar, se exhibía orgullosamente Los hombres son de Marte; las mujeres, de Venus. Y eso es mas frustrante aún.


De todos modos, saqué algunas conclusiones, entre ellas:

• Cada vez hay más y más libros de auto-ayuda y todos rondan los mismos tópicos. Lo sorprendente? Aún hay gente que los lee.
  
  
• Para que una librería sea considerada completa, es condicio sine qua non que entre sus títulos figure El atroz encanto de ser argentino, Los mitos de la historia argentina, Guinness book of World Records y La insoportable levedad del ser. Todavía no leí ninguno, pero después de haberme acribillado tanto la vista, dudo de hacerlo algún día.
  
  
• Mientras más pequeña, poco iluminada y calurosa sea la librería, más probabilidades hay de conseguir lo que uno busca -siempre, claro, que no sea un best-seller o alguno de los libros del ítem anterior-. Es una relación directamente proporcional.
  
  
• Los cuentos infantiles son cada vez menos libros y mas juguetes. El texto está siendo reemplazado por luces, sonidos y dibujos de felpa u otros materiales.
  
  
• Que un local cuente con siete empleados, cinco computadoras para facilitar la búsqueda de los libros, y cuatro clientes, no implica que te atiendan a la brevedad.
  
  
• Por mas que las impresiones y encuadernaciones sean cada vez mejores, nada supera a un libro con las hojas amarillentas, editado hace más de cuarenta años, usado y con anotaciones, tienen un encanto/misticismo particular.