martes, septiembre 22

ok

agustina sube al micro.
agustina nota al instante que olvidó pasar a la cartera las cosas esenciales para el viaje de más de 14hs (libro, cuaderno, mp3) que descansan ahora, tranquilas, en el fondo del bolso. y así se quedarán hasta llegar a buenos aires.
agustina piensa que el mp3 y el cuaderno se pueden evitar, pero el libro, el libro, el libro; y se queda dormida.
agustina despierta pocas horas después y dice:
— no, no, no. me rehúso a que mis sueños sean tan fáciles. soñé que estábamos acá, en el micro, y alguien revisaba una cartera mía, que no era esta, y aparecía el libro. qué fácil, no puede ser, qué facil.
agustina lamenta el simplismo de su aventura onírica y no vuelve a dormir.
agustina está algo disfónica.
agustina mira el reloj todavía faltan como ocho horas y uf.
(lapsus)
agustina mira el reloj no falta nada diez minutos al fin.
agustina recoge sus cosas: la cartera. y la bolsa, que estaba debajo del asiento. la bolsa, que no había perdido de vista durante todo el viaje, que acomodó tres o cinco veces. la bolsa, que abre ahora, a ocho minutos antes de bajar, sólo porque no, porque no puede, no debe ser posible.

sí, claro. el libro había estado ahí todo el tiempo.





y también yo soy de cerca sombrío y apagado
una bruma que viene a oscurecer faroles
una mano que de pronto te tapa los ojos
una bóveda entre vosotros y todas las luces
y me alejaré iluminándome en medio de las sombras
y de hileras de ojos de astros muy queridos

1 notas al margen.:

ana-laura dijo...

Esas tragedias dignas de insomnio suelen pasar cuando uno viaja, Agustina... puede asemejarse al olvido de un mp4 en el fondo de una mochila, y descubrir al momento de querer usarlo que el display está totalmente destruído por el peso de los objeto que habían estado durmiendo por horas sobre él???

Tomo nota.
ana-laura-bouchie