aunque menor que dondequiera en su propia república, dio vuelos a su fantasía en el libro de sus leyes, por ninguna ciudad recibidas, componiendo muchos edictos para sus ediles, que quienes, por otra parte, le admiran y hubieran preferido que enterrara y excusara por el afable copeo de una noche de reunión académica.
milton, aeropagítica, 1644, p.62
Jan de Jager / De "Casa de cambio IV"
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*Cuatro Bueyes*
Un buey blanco
en las afueras de Pisa
¿Sería más hermoso
si alguien lo hubiese esculpido
en mármol de Carrara?
¿Sería más hermoso
ese b...
1 notas al margen.:
el de las espaldas anchas era ciertamente ancho en cuanto a sapere
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