y aquí, encima de la tierra seca de tiempo, los guijarros. los hay por todos lados, es verdad. pero nadie los trajo. simplemente están tendidos como un colchón, silenciosos, duros, y cuando alguien —el perro, el vecino, el oficial de policía que inicia el rastrillaje— pasa distraído por encima de ellos —un piso seguro, piensan, si es que piensan algo— les muerden los pies.
caen con un golpe seco. se desangran. la tierra chupa como si esa vida que se escapa le diese su prosperidad (que no es tal de todos modos) y luego los guijarros, los silenciosos, los inútiles, se encargan de hacer desaparecer el resto. al día siguiente cualquiera se asoma al patio y todo está impecable.
pasan muchas cosas cuando la gente no mira.
Rainer Maria Rilke / Señor, da a cada quien su propia muerte
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Señor, da a cada quien su propia muerte.
El morir que de cada vida brota,
donde él tuvo amor, sentido, apremio.
Pues solo somos vaina y hoja.
La gran...
2 notas al margen.:
No sé como podés seguir respirando sin saber como terminó el duelo entre Leonardo y Miguel ángel.
cuando la gente no mira el tiempo los toma por la yugular
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