lunes, marzo 22

Estados de agregación de la materia: fotografías







Gaseoso

Las moléculas del gas se encuentran prácticamente libres, de modo que son capaces de distribuirse por todo el espacio en el cual son contenidos. Cohesión casi nula. Sin forma definida.

Jueves pasado, seguramente. En mi bar preferido, mechando Salinger con un relato que estaba escribiendo donde en el, ay, lánguido final, una película fotográfica resultaba velada.

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Líquido
Aún existe cierta unión entre los átomos del cuerpo, aunque mucho menos intensa que en los sólidos. No tiene forma fija pero si volumen.
Movimiento energía cinética.

Ayer. Escaleras del río atiborradas del desdén del prójimo —desde inocentes ramas hasta maquiavélicas botellas y una descontextualizada pantufla marrón. Un pescado sin cabeza. Un caracol azabache. De pronto, algo como una película de fotografías. Pero no. Pero sí, parece. Al final —sin más evidencia empírica que verlo de lejos— se decreta que probablemente sea un cierre, cuya otra mitad se encuentre sumergida en ese tímido charquito.

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Sólido
Los materiales se presentan como cuerpos de forma compacta y precisa. Rigidez. Forma definida.

Hoy. De nuevo río, escaleras ya liberadas de desperdicios gracias, quizá, a la corriente de agua de anoche. Apenas algún que otro envase, hojas, ramas, un pescado diminuto nadando ágil, otra vez la película. Pero estoy sentada en otro lado. Pero realmente, realmente es una película. Entonces me acerco y la rescato de las fauces del charquito-otro. Y era, efectivamente, una película fotográfica donde las tomas —por la erosión del agua o quién sabe— resultaban inapreciables, invisibles.

Ahora están a mi izquierda, superponiéndose a una escena de Musik i mörker.



2 notas al margen.:

Gastón Córdova dijo...

El otro día pensaba -estoy condenado a pensar: la paradoja de que al abrir una vieja cámara las fotos se arruinaran por culpa de la luz. Como si al final, la luz, tan modosita ella, más allá de cierto límite, hurgando en ciertos rincones, fuera letal, más marcial que la oscuridad -siempre con mala prensa- cuando se clava en un salón blanco.

Gastón

Gastón Córdova dijo...

Eso evidencia la necesidad de un refugio íntimo e irreductible de oscuridad, para que no vele el alma.