sentada en el colectivo del lado del pasillo (cosa que jamás sucederá en la vida real mientras el asiento del lado de la ventana esté libre), veo subir a un señor de traje gris algo sucio, se sienta a mi lado, revuelve unos instantes los bolsillos enormes, saca un atado de cigarrillos, abre la ventana y lo enciende. fuma, como si fuese lo más normal del mundo, y no puedo decirle nada porque en verdad no me molesta el humo y ahora que lo pienso también yo tendría ganas de fumar pero desisto e intento distraerme mirándome las manos. entonces me doy cuenta que debería pintarme nuevamente las uñas porque se me saltó un poco el esmalte. fin.
En el mar...
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No te ahogas por caer en el agua,
te ahogas por no hacer nada para salir del agua…
3 notas al margen.:
yo también debo hacerme pintura de uñas.-
me voy.. besos
pensaba lo mismo, pero descubrí que a la noche si voy del lado del pasillo no corro riesgo de resfriarme: La ventanilla no filtra bien el frío y yo soy fácilmente resfriable.
Conclusión: estabas TAN aburrida que darle bola un rato al señor te sirvió para notar una trivialidad como que te faltaba color en un uña.
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