Leía plácidamente —o no tanto—a Barthes en el jardín, cuando un sonido extraño me obligo —como si me costase tanto, bah— a desviar mi atención del magnánimo texto. Era un simpático aeroplano que repetía de modo monótono, con acento cada vez más grave, no una publicidad, no el anuncio de una nueva carnicería, no cualquier cosa que sea común o más o menos típica que repita algo de sus características. No. Anunciaba que se perdió un caniche toy blanco, que recompensarán a quien lo encuentre y a continuación pasaban un número de teléfono. ¡Viva la pluralidad de los medios de expresión!
Christophe Manon / Hemos soñado con apoderarnos
-
Hemos soñado con apoderarnos
de nuestro destino y ese sueño terminó
contra el muro de un cementerio hemos soñado
con una estrella roja al Este que se tran...