Una bandada de infantes uniformados con relucientes guardapolvos blancos corren para alcanzar el colectivo, atropellando sobre la marcha a una moneda de diez centavos que sólo fue tomada en cuenta por uno de ellos, quien la levantó y proclamó altivo al chofer ‘uno de diez’ mientras la sostenía, orgulloso, en su mano izquierda. Así como la introdujo por la ranura, volvió a salir. Cosas que pasan, pensó mientras ponía otra y guardaba la primera en uno de sus grandes bolsillos. De ahí, fue ir al fondo, sentarse con sus amigos, hacer una revisión del día y saludar a la gente que pasaba en los otros autos. Al descender, la moneda se deslizó suavemente y volvió a chocar contra el asfalto.
Antón Arrufat / Dos poemas
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*Post scriptum*
Tocan a la puerta
mientras escribo esta página:
me levanto y recojo
un pequeño patíbulo.
Regreso y sigo escribiendo.
*Ellos*
Un día ven...
9 notas al margen.:
¿Nada se pierde, todo se transforma?
Acá no se cumplió. Cosas de la suerte.
Lindo texto, lo que sea que haya sido.
le faltan partes todavía
quizá las suba en otro momento
Hoy encontré dos monedas de diez centavos (una a unas cuadras de casa, otra en el microcentro) y me acordé de la entrada anterior, hermana melliza de esta entrada.
que grande el pibe, era zurdo!
tout à son juste temps...
...
...
(que ladri)
me gusto...
asi como vino se fue
pnz
Iba a entrar a dejarte el comentario sobre que yo tambien pienso que hay cosas que tienen un lugar al que pertenecen, y por mas que uno las usurpe de ese asfalto, tarde o temprano voveran allí donde pertenecen
peor me hizo reir este comentario
Fran dijo...
que grande el pibe, era zurdo!
besugos en los codos..
http://www.fotolog.com/diego_blues2
Nunca entro al blog de dond eestoy firmando
Diego
Hay algo de la primera linea, en esos infantes, que me choca con la anecdota minimalista. Lo gracioso? Yo tb pensé en la canción de Drexler!! jaja
Beso Agustina!!
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