miércoles, septiembre 23

colgada

soñé que tenía que tomar un colectivo para ir a otra provincia, subo al 278 pero a mitad de camino descubro que me equivoqué. bajo en un lugar tétrico de Lanus —lugar que probablemente no exista—, enciendo un cigarrillo, el último, y un nene chiquito me pide uno. le explico la situación pero insiste, cada vez más violento. una mujer sale de una galería, me acerco a ella y pregunto dónde puedo conseguir un teléfono pues debo llamar a mi madre para explicarle que me confundí de colectivo, que no se volver y que estoy llegando tarde. el nene, amenazante, se ofrece a llevarme. no sé cómo negarme y me salva el despertador.

relato a madre lo sucedido. madre ríe divertida. voy a la facultad.

11am, cruzo a tomarme el 22 para ir al centro. ya en la parada recuerdo que debo hacer un depósito, el banco está a unos metros no más. una mujer muy atenta me explica el tramiterío que era más fácil de lo que pude haber supuesto jamás. salgo y camino una, dos, tres cuadras. maldigo que esta línea tenga tantos ramales, pasan cinco, siete colectivos y, al fin, el que debo tomar.

subo. siempre a esta hora hay lugar, hoy no. tengo que llamar a mi madre para avisarle que estoy yendo para allá. entonces ahora es claro. estúpidamente claro.

— Hola, mami. Acabo de hacer algo torpe.
— ¿Qué pasó?
— Estoy en el 148. Lo peor es que estuve en la parada del 22, pero cuando salí del banco lo olvidé por completo. Esperame que bajo en 12 de Octubre y tomo el 278.


Absurdamente estúpida, ni que lo digan. Mi mamá me pidió que, ante la duda, por favor intente excluirla de mi actividad onírica.

martes, septiembre 22

ok

agustina sube al micro.
agustina nota al instante que olvidó pasar a la cartera las cosas esenciales para el viaje de más de 14hs (libro, cuaderno, mp3) que descansan ahora, tranquilas, en el fondo del bolso. y así se quedarán hasta llegar a buenos aires.
agustina piensa que el mp3 y el cuaderno se pueden evitar, pero el libro, el libro, el libro; y se queda dormida.
agustina despierta pocas horas después y dice:
— no, no, no. me rehúso a que mis sueños sean tan fáciles. soñé que estábamos acá, en el micro, y alguien revisaba una cartera mía, que no era esta, y aparecía el libro. qué fácil, no puede ser, qué facil.
agustina lamenta el simplismo de su aventura onírica y no vuelve a dormir.
agustina está algo disfónica.
agustina mira el reloj todavía faltan como ocho horas y uf.
(lapsus)
agustina mira el reloj no falta nada diez minutos al fin.
agustina recoge sus cosas: la cartera. y la bolsa, que estaba debajo del asiento. la bolsa, que no había perdido de vista durante todo el viaje, que acomodó tres o cinco veces. la bolsa, que abre ahora, a ocho minutos antes de bajar, sólo porque no, porque no puede, no debe ser posible.

sí, claro. el libro había estado ahí todo el tiempo.





y también yo soy de cerca sombrío y apagado
una bruma que viene a oscurecer faroles
una mano que de pronto te tapa los ojos
una bóveda entre vosotros y todas las luces
y me alejaré iluminándome en medio de las sombras
y de hileras de ojos de astros muy queridos

jueves, septiembre 10

oneiric adventures

sentada en el colectivo del lado del pasillo (cosa que jamás sucederá en la vida real mientras el asiento del lado de la ventana esté libre), veo subir a un señor de traje gris algo sucio, se sienta a mi lado, revuelve unos instantes los bolsillos enormes, saca un atado de cigarrillos, abre la ventana y lo enciende. fuma, como si fuese lo más normal del mundo, y no puedo decirle nada porque en verdad no me molesta el humo y ahora que lo pienso también yo tendría ganas de fumar pero desisto e intento distraerme mirándome las manos. entonces me doy cuenta que debería pintarme nuevamente las uñas porque se me saltó un poco el esmalte. fin.


lunes, septiembre 7

¡ah!

ana-laura-bouchie también tiene figuras parecidas a mis sacapuntas. no sólo eso, sino que cedió a mi pedido y fotografió una de ellas que es requete preciosa:



yo quiero tener muchas figuras así. muchas.

no es sólo culpa de mi endeble atención

el que no haya podido reparar en las palabras de norberto con el esmero que merece una primer clase de economía marxista. sus anteojos para ver de lejos reflejaban los tubos de luz blanca del aula pero multiplicados y encima, ¡ay, encima con colores vivos! bah, sólo un color en diversas gamas: el verde manzana de su chomba que tenía, como si fuese poco, un simpático cacto arriba a la izquierda. yo lo miraba y veía ojos, pestañas, vidrios, párpados, cejas, piel, mil luces verdes apareciendo y desapareciendo, rotando posiciones de acuerdo a la posición de su cabeza. y así, aunque yo quiera, es complicado fijar la atención.


sólo eso. lo de los ojos se sumó a que mucho más tarde se habló del aura que cae en una esquina y es pisada por un carruaje. el todo me hizo acordar a otra cosa en un papel de renglones cortos, apuntes no sé de qué idea que ya olvidé (una servilleta doblada en cuatro):

se estremecen las cadenas
¿se oirá desde allá?
— allá, digamos: lejos, del otro lado—
suena como hierro frío
¿franquear el mediterraneo a nado,
quizá? ¿viajar en barcos de papel?
¿sorber el océano de un trago,
disimulando un poco, aunque no sirva?
vamos
¿verdad que es simple y bueno,
que basta con dejarse ir
de palabra a frases,
con pequeños brincos enérgicos
coincidir en el aire, regresar al suelo
y ver que todo sigue como antes
al no meditarlo, al saltar nada más?
porque habita lejos pero su ser él
precede al ser habitante
pero desde antes, sus ojos-
basta con eso
y las raíces cuadradas de números negativos
las justificaciones
(ni intermediarios, ni remitentes,
aunque tenga la ventaja de las pestañas
y la remera linda de pijama)
porque se puede leer de costado
o bien
etc.

martes, septiembre 1

¡ah!

también en un momento aparecía una de mis archi enemigas oníricas, hablábamos de un hamster. ella decía que servía, porque, ay, claro que servía para algo que yo ahora no recuerdo y tenía razón. pero, vamos, sí, es verdad, admití porque en mis sueños no siempre quiero discutir violentamente, es verdad querida pero ¿y eso qué?, no, no, que también los grandes pájaros cuando toman a los hamsters lo hacen de un modo especial, poniendo sus patas en cruz, no se puede agarrarlos de cualquier manera porque mueren, por eso, claro, le digo ya menos paciente, pero te das cuenta, verdad, qué tiene eso que ver explicametelopido, me decís de la función de un halcón y yo quiero saber qué otra función tiene el hamster. pero ella no, no decía nada porque no tenía ninguna otra ese animalito que defendía sin saber por qué molestaba tanto tener que escucharla por suerte después un pájaro enorme hizo ruido a diario enrollado golpeando contra superficie de cartón alcé la vista me acordé de muchas palomas que había visto -en la vida realrealreal- en un cable, abajo de la lluvia, el gran pájaro era diferente primero me acordé después viró y me dio asco imaginar que podía venir en esta dirección entonces me dejó de interesar debatir y ahí fue cuando corrí y me encontré a las chicas desconocidas que hablaban desconocidamente sobre el recital de los charros, esa noche, en club xxi.

soñé que soñaba que

iba al parque de la cervecería con mis amigas y eramos invitadas a club xxi a ver a los charros. ese mismo día iba al parque de la cervecería y encontraba un gato idéntico al mío sólo que tenía las orejas inmensamente grandes, muy, muy grandes. yo lo perseguía hasta llegar a una zona donde la gente estaba haciendo algo como un pic nic y escuchaba que unas desconocidas hablaban sobre que esa noche tocaban los charros en club xxi. quise encontrar a alguien a quien poder contarle pero el lugar estaba lleno de personas a quienes no deseaba saludar. había un sitio enorme con baños mixtos y todos ellos estaban clausurados. volví por donde vine y encontré un perro parecido al mío que gruño enojado y comenzó a seguirme. encontré a mis padres, les conté que había soñado que iba al parque de la cervecería con mis amigas y, ay, me había encontrado a mis amigas hacía unos minutos. también tenía que irme a otro país, con urgente urgencia, aunque no sabía por qué pero tenía los pasajes y el hospedaje pago. no, me decía mi mamá, no, no tenes el pasaporte. entonces iba mi hermano emanuel por mí. y yo me enojaba y era como que me dividía en dos pero eso no sé como explicarlo. me quedé pensando en el gato.